En el post pasado te comenté sobre las escapadas que puedes hacer si viajas a Rotterdam. En nuestro caso fuimos a visitar La Haya que está a solo 25-30 minutos en tren. Pero si te encuentras en Ámsterdam, también puedes ir desde ahí, ya que está a 40 minutos en tren. Aunque te diré que si tienes más tiempo, te aconsejo quedarte al menos una noche en La Haya, porque sí hay bastantes atracciones, tiene playa y así podrás disfrutar también del ambiente nocturno en sus plazas y calles llenas restaurantes y bares.
¿Por qué es famosa La Haya a nivel mundial? Por el derecho internacional, ya que ahí se encuentra el Palacio de la Paz, que alberga la Corte Internacional de Justicia y la Corte Permanente de Arbitraje, o sea ahí se juzgan disputas jurídicas que presentan los Estados, crímenes de guerra, etc.
¿Pero qué pasa si solo tienes un día? No te preocupes porque aquí te diré cómo sacarle provecho a esas horas, aunque obviamente tendrás que sacrificar algunas cosas, así que te recomiendo leer un poco sobre lo que hay, para que elijas tus prioridades. Por ejemplo a nosotros nos habían recomendado el Madurodam, un parque con edificios en miniatura de los Países Bajos, pero decidimos dejarlo para otra ocasión y para el Palacio de la Paz no había boletos, así que fuimos descartando atracciones.
La joven de la perla
En La Haya se encuentra el Mauritshuis, un museo donde podrás ver la famosa pintura de Vermeer, La joven de la perla y otras obras importantes de otros pintores neerlandeses y flamencos. Además el museo está dentro de un palacete muy bonito al lado del estanque Hofvijver, el cual está rodeado de edificios históricos.
El Binnenhof
Al salir del museo Mauritshuis, verás la Grenadierspoort, una puerta de entrada al Binnenhof, un patio interno rodeado de oficinas gubernamentales, que son los centros políticos más importantes del país. Aquí está el edificio parlamentario más antiguo del mundo, aún en funcionamiento. El edificio principal es el Ridderzaal (Sala de Caballeros), una construcción bellísima de estilo gótico, que actualmente se usa para la apertura de las sesiones parlamentarias.
Desafortunadamente a nosotros esta parte nos tocó en obras, así que vimos muy poco, pero tenían una plataforma instalada para obtener una vista un poco más completa del complejo.
Panorama Mesdag
Uno de los lugares que más me sorprendió fue el museo Panorama Mesdag, donde además de apreciar las hermosas pinturas de la pareja de artistas Hendrik Willem Mesdag y Sientje Mesdag-Van Houten, la atracción principal es la inmensa pintura cilíndrica realizada por Hendrik Willen Mesdag llamada Scheveningen.
Esta pintura de 360 grados refleja la vida de Scheveningen (uno de los distritos de La Haya localizado junto al mar), tiene una circunferencia de 114.5 cm y mide 14.6 metros de altura, lo que la convierte en la pintura más grande del país.
Cuando entras y te colocas en el kiosco de en medio para admirarla entera, es una sensación increíble, porque sientes que estás realmente admirando la playa y lo que en ese entonces habrá sido el pueblo. Además el museo acondicionó la sala con arena y sonidos, para transportar al espectador a la pintura. En mi opinión es algo que no te debes perder.
Por cierto, en la misma calle se encuentra el Palacio Noordeinde, uno de los palacios de la familia real neerlandesa, que solamente abre pocos días durante el verano.
Caminar por la ciudad
Como ya sabes, caminando encontrarás las mejores joyas de cualquier ciudad. A mí me encantó la diversidad de los edificios modernos al salir de la estación de tren y luego irme adentrando a lo histórico. Me pareció una ciudad muy cultural, donde además de museos era fácil ver hasta tres librerías en media cuadra. A mí me encanta descubrir librerías, por eso me fijé en eso, pero cada viajero le encontrará seguramente su encanto.
Por ejemplo el barrio de Voorhout es una zona preciosa, con sus calles y edificios históricos, ahí se encuentra Lange Voorhout, una de las calles principales de la ciudad, que data del siglo XV y tiene forma de L. Hay que caminarla para admirar sus elegantes edificios como el del museo Escher in Het Paleis y atravesar el parque, donde también montan mercados.
Hay muchas plazas y calles, como la calle Uilebomen, la cual me gustó porque me pareció muy animada, también pasamos por el centro comercial antiguo De Passage, la plaza Het Plein, Zuidwal -donde está el Food Hallen– , la pintoresca Grote Markt, el hermoso edificio del Antiguo Ayuntamiento con sus ventanas rojas y así podría seguir nombrando rincones de los cuales seguramente olvidé el nombre, pero con los que te toparás cuando camines por la ciudad.
La playa Scheveningen
Finalmente tomamos un tranvía para ir a esta inmensa playa que ya habíamos admirado en el Panorama Mesdag. Como el día estaba lindísimo, síper soleado y hasta un poco caluroso, fue perfecto para pasear por su largo muelle De Pier, que mide 382 metros hacia el Mar del Norte y tiene restaurantes, bares, tiendas y actividades recreativas. Nosotros caminamos todo el muelle, pero al final optamos por sentarnos a tomar algo en uno de los tantos bares que se encuentran en la playa.
Y así finalizamos nuestra escapadita a La Haya, sin olvidar que se quedaron algunos puntos pendientes importantes. La próxima vez me encantaría combinarlo con Delft o Gouda (que muero por conocer). 😉
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