Países Bajos es uno de mis destinos favoritos. Me encanta ese país porque aparte de tener ciudades preciosas, aún encuentras lugares que no están tan saturados como Ámsterdam (o como muchas otras ciudades de Europa) y a donde además puedes llegar fácilmente en transporte público, sobre todo por la ventaja de ser un país pequeñito.
¿Qué vas a encontrar en Rotterdam? ¿Por qué hay que hacerle un huequito en tu próximo viaje al país de los molinos de viento? Sigue leyendo que te lo cuento aquí.
Su arquitectura única
Desde que llegas a Rotterdam, la primera atracción que verás es la mismísima Estación Central, que está mejor que muchos aeropuertos que he visto. Tiene un gran diseño futurista hecho con techos interiores de madera, ventanales y acero inoxidable. Obviamente fue diseñada pensando en el medio ambiente, ya que cuenta con 130,000 células solares sobre parte del techo.
Afuera de la estación, en la Stationplein, encontrarás la escultura gigante “Moments Contained”, de casi 4 metros de altura, del artista Thomas J Price.
Continuemos con una de las principales atracciones, que son las Casas Cubo, con su llamativo color amarillo, construidas hace cuatro décadas por el arquitecto Pier Blom. Aquí vas a encontrar 38 casas cubo, que aunque resulte difícil de creer ¡están habitadas! De hecho puedes entrar a una de ellas, la Kijk-Kubus Museum-house.
Las casas están conectadas a través de patios y cuando está el cielo azul, puedes tomar fotos increíbles (bueno, al menos a mí me gustó mucho el sitio). Además están situadas frente al Blaaktoren (llamado también “el lápiz”), otro edificio de Blom con diseño también muy peculiar.
A este punto ya estaba fascinada con lo poco que había visto de la ciudad, hasta que llegué al Markthal, el mercado gastronómico más impresionante que he visto. El edificio de 100,000 metros cuadrados es majestuoso, incluye departamentos, pero la cereza del pastel es el mercado en sí, con un arco gigante de 40 metros de altura.
Y si por fuera es impactante, por dentro es un poema para la vista, cubierto con el mural Cornucopia, de los artistas Arno Coenen e Iris Roskam; un trabajo de 11,000 metros cuadrados, al que muchos llaman la “Capilla Sixtina de Rotterdam”. En el mercado puedes comer, beber, comprar productos típicos, pero te recomiendo pasear por todos los puestos para que te lleves la impresión más rica a la vista y al paladar de Países Bajos.
Solo porque no quiero llenar este artículo solo de edificios padres, te recomiendo ver -aunque sea por fuera- el edificio del Depot Boijmans Van Beuniingen, un “bodegón” de arte, donde están guardadas 154,000 piezas, no es museo, es realmente un depósito de obras de arte, único en el mundo. El edificio es redondo con 39.5 metros de altura, y 40 metros de diámetro en la base y 60 metros de diámetro en la parte superior. Todo cubierto con 1664 paneles de espejos y un roofgarden.
Los puentes de Rotterdam
Si ya has leído otros artículos en mi blog, probablemente me conozcas un poquitito más y sepas que soy fan del arte urbano y de los puentes. Me fascinan los puentes y como podrás imaginarte, ciudades rodeadas de agua como Rotterdam, tiene algunos muy lindos como el Willemsbrug, De Hef, Regentessebrug, entre otros. Pero mi favorito es el Erasmusbrug, que une el norte y sur de la ciudad, tiene 802 metros de longitud y 139 metros de altura.
Aquí te va otro tip y no es publicidad, nosotros siempre nos hospedamos en el nhow, porque me encanta la vista que tiene hacia el río Maas. Obviamente tienes que elegir la habitación con vistas hacia ese lado, si no te toca o si no te hospedas ahí, no te preocupes, que el bar del hotel tiene una terraza con vistas increíbles, para mí las mejores vistas. Lo mejor es ir en la noche para que veas el puente iluminado.
Oude Haven (Puerto Antiguo)
Rotterdam es la ciudad portuaria más importante del país y tiene el segundo puerto más grande del mundo. No hay que olvidarse de sus raíces y visitar el Oude Haven o Puerto Antiguo, que ahora ya está en el corazón de la ciudad, muy cerca de las Casas Cubo. Además de ser el más antiguo, ya que fue construido a mediados del siglo XIV, ahí se encuentra la Witte Huis (Casa Blanca), que fue el primer rascacielos de Europa.
Centro histórico
Y bueno como en toda ciudad, no puedes pasar por alto el centro, donde están los clásicos edificios históricos que nunca desilusionan, como el Ayuntamiento, la Iglesia Grande de San Lorenzo (Grote of Sint-Laurenskerk) y toda zona comercial de la calle Lijnbaan y alrededores.
Entre canales y molinos en Delfshaven
Y ya en busca de algo más tradicional, nos lanzamos a Delfshaven, un puerto histórico, que antiguamente estaba dedicado a la pesca de arenque y destilerías de ginebra y desde donde zarparon muchos migrantes hacia América. Aún puedes ver las casas típicas neerlandesas, canales, botes y hasta el molino Korenmolen de Distilleerketel. Por cierto, muy cerca de esta zona, encontrarás el Euromast, el mirador más famoso de la ciudad.
A nosotros nos encanta ir en la tarde a Delfshaven, para caminar y tomarnos unas cervecitas en el Café de Oude Sluis, sentados afuera, frente al canal y después pasarnos a cenar al mejor lugar en Rotterdam, un restaurante pequeñito, familiar, donde la comida es deliciosa y el trato es aún mejor. Es nuestro rinconcito secreto, pero te lo voy a compartir: Het Eethuisje van Delfshaven.
¿Cuánto tiempo hay de dedicarle a Rotterdam? A mí me gusta quedarme al menos una noche, para disfrutarla bien, pero si quieres ver otros lugares cercanos interesantes, te recomiendo mínimo dos noches. En el próximo post te comparto uno de esos lugares cercanos maravillosos: La Haya.
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