A 55 minutos en tren de Copenhague, se encuentra Malmö, la tercera ciudad más importante de Suecia. En el artículo anterior te conté que andábamos por Copenhague, así que como estábamos tan cerca, decidimos aprovechar para conocerla, solo que en esta ocasión fue la Ciudad de Malmö la que nos sugirió explorarla y disfrutarla de manera más divertida, además del clásico recorrido a pie.
Por cierto, dando un poquito de contexto histórico, Malmö pertenecía originalmente a Dinamarca y pasó a ser parte de Suecia hasta 1658. Ambas están divididas por el estrecho de Øresund.
En bicicleta
Ahora sí, regresando a lo turístico, lo primero que nos recomendaron fue que, como era una ciudad pequeña, donde la mayoría de sus habitantes se desplaza en bicicleta, teníamos que vivirla de la misma manera. Como el primer día llegamos ya en la tarde-noche y muy cansados de la turisteada en Dinamarca, decidimos cenar rico, descansar y dejar todo el recorrido para el día siguiente.
Tempranito fuimos a recoger nuestras bicicletas de renta a Travelshop Malmö, que está en la estación de tren y de ahí nos lanzamos pedaleando a la zona más alejada (en realidad todo está cerca, plano y muy fácil porque hay carriles de ciclistas por toda la ciudad), para ver el edificio más icónico de Malmö, el Turning Torso. Obviamente en el camino fuimos pasando por muelles y zonas residenciales muy bonitas. Se debe vivir muy bien en esta ciudad.
El Turning Torso, es obra del arquitecto español Santiago Calatrava y es un edificio residencial, que además es el más alto de Escandinavia (de hecho lo puedes ver desde la torre del Palacio de Christiansborg en Copenhague), con 190 metros de altura y está compuesto de 54 pisos, nueve cubos y 90° de giro.
De ahí continuamos paseando por Västra Hamnen, una zona residencial bellísima. Tiene “playas” o espacios públicos frente al estrecho de Øresund, diseñados para que la gente se tumbe al sol y si lo desea, se eche un chapuzón. También hay parques, plazas y un paseo frente al agua. Y así llegamos a nuestra siguiente parada, el mirador Malmö Titanic Lovelock Point.
Como nos tocó un día precioso, había mucha gente local asoleándose y hasta echándose clavados desde el mirador. En esa zona no había casi turistas, así que disfrutamos mucho el poder tomar fotos sin multitudes. Después nos fuimos hasta la playa de Ribersborgs, donde se ubica el baño escandinavo Ribersborgs Kallbadhus, donde puedes ir a las piscinas naturales y hacerte tratamientos.
En el camino al Slottsparken (el parque del castillo), pasamos por una calle muy pintoresca donde se encuentra el Fiskehoddorna, el mercado de pescado, que está muy cerca del castillo Malmöhus Slott. El castillo ahora alberga un museo, pero nosotros decidimos sacrificarlo para seguir viendo la ciudad,. Volviendo al parque, me pareció súper lindo, tiene hasta un molino, el Slottsmöllan, del siglo XIX y otras atracciones. Si llevas más tiempo, te recomiendo pasar más horas recorriendo el parque.
Ya ahí en el centro sí se me hizo un poquito más complicado andar en bicicleta, porque había más gente, más tráfico y ya llevábamos horas en ella. Era tiempo de pasar a la segunda forma de ver Malmö y lo haríamos desde el agua.
En bote por los canales
La ciudad de Malmö también tiene canales, así que antes de entregar las bicis fuimos a un supermercado a comprar cervezas, papitas y cosas para picar. De ahí nos fuimos a la empresa BookaBoat Malmö, ubicado junto al puente Birgit Nilsson Bro y donde puedes rentar botes eléctricos súper fáciles de dirigir.
Así pasamos dos horas deliciosas, viendo de una manera más relajada la ciudad, mientras tomábamos nuestra cervecita (muy merecida) y comíamos algo. Me llamó la atención que la mayoría de la gente que vimos rentando, era gente local celebrando algún cumpleaños o simplemente se notaba que habían salido del trabajo y se reunían con colegas. Me encantó la experiencia, creo que la repetiré en otras ciudades donde se pueda alquilar este tipo de botes, que además no son caros, ni complicados, ni es el típico tour compartido.
A pie por Gamla Staden
El centro histórico o Gamla Staden, lo dejamos hasta el final, para recorrerlo caminando y ahí sí es la mejor opción, porque no vas esquivando gente y tiene unas plazas y callecitas donde seguramente querrás meterte de compras, entrar a iglesias o sentarte a comer algo. Nosotros empezamos por las casas coloridas de la calle Jakob Nilsgatan, una de las favoritas de los viajeros.
Ahí en el centro hay que ver también la iglesia de San Petri del siglo XIV y estilo gótico, con su torre de 105 metros de altura (me fascinaron los frescos de la foto). Stortorget, que es la plaza principal, donde se encuentra el hermoso edificio del Ayuntamiento, solo que a nosotros nos tocó ver todo de manera parcial, ya que había un festival de música y esta plaza era uno de los escenarios principales. A un costado de la plaza, está el Lejonpassagen, un bello pasadizo entre patios de edificios, que une la calle Kalendegatan con la plaza principal.
También pasarás por Södergatan, que fue la primera calle peatonal de la ciudad, muy linda, pero para mí la cereza del pastel fue la plaza Lilla Torg, rodeada por edificios que en su época pertenecieron a mercaderes entre los siglos XVI y XVIII y donde hoy en día se encuentran restaurantes llenos de vida. Me recordó a las plazas de los cuentos de Disney ¡maravillosa!
Esa noche cenamos delicioso, en un lugar pequeño llamado Spoonery donde comí las mejores köttbullar (tipo albóndigas de carne) que yo recuerde. Chiquito, sencillo, pero muy recomendable.
Y ya casi terminábamos el día y aún no habíamos visto la escultura The Knotted Gun/Non Violence y eso que estaba súper cerca del hotel. Claro, resulta que la escultura es súper pequeña y yo me había imaginado algo enorme, por eso pasamos varias veces frente a ella y no la vimos. Esta escultura es obra del artista Carl Fredrik Reuterswärd y su inspiración surgió después del asesinato de John Lennon. Hoy en día es la imagen también de la organización sin fines de lucro Non-Violence Project.
Y si no te mencioné en el recorrido el Malmö Inre fry (el faro antiguo) y el muelle frente al Posthusplatsen, es porque nos hospedamos justo por ahí, de hecho tuvimos unas vistas increíbles en nuestro hotel, pero de igual forma cuando recorras la ciudad, descubrirás ésta y otras plazas y esculturas muy bonitas por todo Malmö.
En general te puedo decir que Malmö me pareció bellísima, tranquila, fácil de recorrer, pero recomendaría visitarla en verano, para disfrutarla al aire libre. Además te quedará mejor si la combinas con Copenhague, por su cercanía, pero eso sí, siempre y cuando lleves suficiente tiempo para disfrutar ambas sin prisa.
Si deseas que diseñemos y organicemos tu viaje a Europa a través de nuestra agencia de viajes Tripdreaming, escríbeme a silvia.lucero@tripdreaming.com. Para cuestiones editoriales a silvia.lucero@latrotamundos.com.