En los últimos años hemos visto que Puglia va poniéndose de moda entre los viajeros. Ahora vemos cada vez más publicidad y gente compartiendo en redes sociales sus experiencias por esta región del sur de Italia, especialmente en Alberobello, el pueblo mágico con casas conocidas como “Trulli”. ¿Qué tiene de especial el ‘tacón de Italia’? Nos lanzamos unos días para allá y aquí te comparto un poco sobre nuestra experiencia.
¿Qué ver en Puglia?
Primero hay que saber que es una región más alejada de lo típico que se visita, literalmente hay que desplazarse hasta el tacón de la bota que representa el mapa de Italia. Si bien se puede llegar en tren o avión a Bari, su capital, lo más recomendable es rentar un auto para poder recorrer libremente los pueblos y playas.
Nosotros volamos a Roma y ahí rentamos carro. Decidimos tomar como base esos días Bari, Lecce y Matera (aunque esta última ciudad está ya en la región de Basilicata, muy cerca de Puglia, pero de ella hablaré en otro post) y pasar algunas horas recorriendo los pueblitos que habíamos elegido. Como no llevábamos tantos días y viajamos en época de invierno, eso redujo el tiempo que hubiéramos destinado a playas.
Bari
Bari es una ciudad pequeña localizada frente al mar Adriático, que se puede disfrutar tranquilamente a pie. Nosotros nos hospedamos en la zona de Murat, que está llena de vida, especialmente la Via Sparano de Bari, donde se concentra gran cantidad de tiendas y restaurantes. En esta misma zona está el Corso Cavour, donde se puede ver el Teatro Petruzzelli y el Lungomare que es un malecón muy lindo en el que puedes caminar hasta la Bari Vecchia.
Al final (o inicio) del Lungomare, antes de llegar a la parte antigua, nos topamos con un pequeño mercado de pescado en donde pudimos probar algo fresco de la pesca de esa mañana. Finalmente entramos a la ciudad vieja la cual es encantadora, con sus calles y casas antiguas. Ahí hay que ver la Catedral de San Sabino, el Castelo Svevo y sobre todo la Basílica de San Nicolás, la más importante, donde se conservan las reliquias del santo patrón de los marineros, viajeros y niños, en pocas palabras en quien está inspirado ¡Santa Claus!
¿Por qué se encuentran en Bari las reliquias de San Nicolás, si era de Myra, Turquía? A su muerte en el siglo IV, sus restos descansaban en Myra, pero en el siglo XI fueron trasladados a Bari por marineros italianos, para protegerlas de la invasión musulmana de la dinastía Seljuq.
Polignano a Mare
Muy famoso por su playa, es un pueblito que me fascinó, con sus arcos de piedra y casas blancas, donde podías encontrar nichos dedicados a santos, callejones y balcones para obtener vistas maravillosas del mar con sus acantilados, así como a la pequeña playa del pueblo que invitaba a aventarse un clavado al agua cristalina (pero hacía frío). Uno de los puntos importantes es la escultura del hijo pródigo de la ciudad, Domenico Modugno, si no te suena, seguro has cantado su canción más famosa: Nel blu, dipinto di blu (volare oh oh oh).
Alberobello
Por fin llegamos a la cereza del pastel o al menos a lo que se ha convertido en lo más popular en Instagram y TikTok: Alberobello, sí sí, el pueblo con los Trulli o casas blancas circulares y techos cónicos.
Desde antes de llegar a Alberobello, ya puedes ir encontrando en la carretera uno que otro Trullo (nombre en singular), pero Alberobello es donde se concentra la mayor parte de este tipo de construcciones, por lo que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Los Trulli fueron construidos así en el siglo XIV, ya que esas tierras estaban bajo el reino de Nápoles y quien las controlaba, el Conde de Conversano, no quería pagar impuestos de tierras para sus campesinos y las tierras donde se ubica ahora Alberobello estabas clasificadas como inhabitadas. Así que edificaron este tipo de casas que pudieran destruirse fácilmente y reutilizar después ese mismo material.
Hay que caminar, subir y bajar por sus calles para admirarlas mejor. Entre los más destacados están el Trullo Siamese (según la leyenda dividido por dos hermanos que se enamoraron de la misma mujer), el Trullo Sovrano, el más grande, que además se puede visitar, el Rione Monti, el mirador del Belvedere Santa Lucía y la Parroquia de San Antonio de Padua.
Locorotondo
Uno de los pueblos blancos más populares en la ruta, por el cual pasamos rápidamente, pero como íbamos en invierno y temporada baja, nos tocó casi todo cerrado y muy tranquilo. Aunque eso no le quita lo pintoresco y bonito. La ventaja de viajar en temporada baja es que encuentras los lugares solos, pero eso a veces también se convierte en desventaja porque por ejemplo este lugar nos tocó demasiado desolado. Me hubiera gustado verlo con más espíritu.
Martina Franca
No lo llevábamos contemplado, pero una persona de Turismo de Puglia nos lo recomendó mucho en FITUR y la verdad me pareció una joyita muy bien guardada. Sus plazas con edificios barrocos, iglesias y callecitas son para enamorarse. Me hubiera encantado tener más tiempo para este lugar (anótalo).
Lecce
Finalmente llegamos a Lecce y verdaderamente me sorprendió. De noche tiene un ambiente súper animado (tal vez influyó que era inicio de carnaval), pero me gustó que su ambiente era como muy local. Ahí hay que ver el Anfiteatro Romano en la Piazza Sant’Oronzo, el Castello Carlo V, la impresionante Basilica di Santa Croce, la Piazza del Duomo y así perderte en sus calles (el centro es pequeño), para ir encontrando hermosos edificios y para meterte a sus bares y cafés. Definitivamente te recomiendo pasar una noche -si es posible en fin de semana- ahí.
¿Cuál es la mejor temporada?
Nosotros fuimos en temporada baja, lo cual tiene sus ventajas porque no tienes los mares de turistas y puedes disfrutar el ambiente más local, más italiano. Pero la desventaja es que muchos lugares cierran y también es lindo ver las ciudades más animadas. Sobre todo hay que tener en cuenta que si quieres playa, no podrás meterte al mar porque sí hace frío.
¿Qué probar?
Nos enfocamos más que nada en las pastas famosas como las orecchiette (orejas) en sus distintas salsas, una de las más famosas es con cime di rapa, otra es al ragú di brasciole. Así como la strascinati, las verduras y legumbres, el sándwich de pulpo, las ostras frescas, la foccacia barese, los panzerotti (empanadas rellenas deliciosas), entre otros. Ojo si pides carne porque una de las especialidades de Puglia es la carne de caballo (nosotros no la probamos).
¿Vale la pena?
¡Totalmente! Puglia viene pisando fuerte y seguirá tomando auge, ya que es una región hermosa y sobre todo ¿por qué no salir de lo clásico de Italia -sobre todo si ya conoces -, para ir a explorar algo nuevo como esta región del sur de Italia?
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