Francia

La influencia romana en Nimes y Arles

abril 11, 2021

Si algo me encanta de Francia es que puedes ver su historia e influencia de otras culturas reflejada en su arquitectura. Si bien ya te había contado en el artículo de Niza sobre esa huella italiana de los edificios del casco antiguo, en este artículo quiero destacar dos ciudades que me encantaron y donde afortunadamente aún se puede apreciar la herencia del Imperio romano.

Nosotros incluimos estas ciudades en un day trip, porque nos estábamos quedando en Aix-en-Provence, pero son tan bonitas que cuando las vimos nos arrepentimos de no haber pasado al menos una noche en cada una, sobre todo considerando que teníamos el tiempo para hacerlo, porque además de lo cultural, tenían unas calles chulísimas llenas de restaurantes y bares. Claro esto que te cuento fue antes de la pandemia, habrá que ver cómo regresan después de los cierres.  

Arles

Uno de los lugares que más me impresionó fue la Arena de Arles con sus más de 120 arcos. Un anfiteatro construido entre los años 80-90 d.C. y que se parece un poco al Coliseo de Roma, porque fue edificado poco tiempo después. Tiene una capacidad para más de 20,000 personas, es patrimonio de la UNESCO y lo que en su época fue un campo de batalla de gladiadores, es ahora utilizado para corridas de toros y eventos culturales.

Arena de Arles. Foto © Patrick Mreyen

También hay un teatro romano, el cual data del siglo I y fue de los primeros teatros del Imperio romano en el mundo en ser construido en piedra, con una capacidad para 10,000 espectadores y que también sigue siendo utilizado para eventos culturales. La ciudad tiene más construcciones romanas importantes como los Baños de Constantino, el Criptoportico del Foro,  la necrópilis de Alyscamps y la catedral de San Trófimo.

Teatro romano de Arles. Foto © Silvia Lucero

Como dato adicional, si eres fan de Van Gogh, sin duda tendrás que visitar esta hermosa ciudad que aparece en muchas de sus obras, ya que él vivió ahí más de un año y la misma Oficina de Turismo tiene diseñada una ruta para que sigas su rastro. De hecho fue en esta ciudad donde tras un episodio psicótico cortó su oreja para dársela a una prostituta, para luego ser internado en un hospital. Para mí esta esta es razón suficiente para volver a Arles.

Nimes

La Arena de Nimes es de las mejor preservadas, al igual que en las otras localidades, fue construida más o menos en el mismo periodo. Se hizo con una capacidad para más de 20,000 espectadores que acudían a ver las luchas de animales y gladiadores. Al igual que la de Arles, se sigue utilizando para eventos culturales y corridas de toros. ¿Puedes creer que en la Edad Media sirvió como fortaleza y tiempo después su arena fue ocupada por casas?

Arena de Nimes. Foto © Patrick Mreyen

El templo La Maison Carrée es otro monumento que se alza imperioso, en estado perfecto, en medio de la plaza que lleva el mismo nombre. Construido en honor a Cayo César y Lucio César, formaba parte del centro administrativo y económico de la ciudad. El edificio es verdaderamente impresionante, mide 26 metros de largo, 17 de alto y 15 de ancho. Justo frente a la plaza puedes ver el Carré d’Art Jean Bousquet, diseñado nada más y nada menos que por el reconocido arquitecto Norman Foster, que funge como biblioteca, mediateca y museo. Como puedes imaginarte resulta súper interesante esta contraposición de estilos arquitectónicos.

La Maison Carrée en Nimes. Foto © Patrick Mreyen

En cuanto empiezas a cruzar los callejones y plazas de Nimes te das cuenta que es una ciudad a la que vale la pena dedicarle un poco más de tiempo. Nos llamó mucho la atención la Place du Marché (la cual me recordó a las plazas de Málaga) y las callecitas aledañas. Con lugares encantadores para pasarte la tarde comiendo y bebiendo vino. No alcanzamos a ver mucho más, pero sí pudimos ver rápidamente el Jardin de la Fontaine.

Punto extra: Pont du Gard en Remoulins

Yo tengo una fascinación por los puentes, así que no puedo dejar de recomendarte ir a ver el famoso Pont du Gard, que fue construido alrededor del año 50 d.C. y servía como acueducto para suplir de agua a Nimes. Tiene una altura de 50 metros y mide 275 metros de largo. Es precioso, fue muy emocionante verlo y cruzarlo caminando.

Pont du Gard. Foto © Patrick Mreyen
Cuando lo cruzas caminando te das cuenta de su magnitud. Foto © Patrick Mreyen

No quiero despedirme sin aconsejarte calcular bien las horas y lo que vas a ver por día, porque los pueblos cierran todo temprano. Nosotros habíamos calculado que llegaríamos en la tarde-noche a cenar a Châteauneuf-du-Pape (sobre todo porque queríamos probar los vinos de ahí), pensando que estaría todo abierto y saturamos el día con actividades. Llegamos poco antes de las 9 de la noche y para nuestra sorpresa estaba todo cerrado, aún había comensales en los restaurantes pero ya ninguno aceptaba gente. Vimos a varios turistas igual que nosotros, confusos porque tampoco era tarde como para que nos rechazaran. Así que como moríamos de hambre terminamos cenando en un McDonald´s, lo único abierto a esa hora (9:00 pm).

En general si viajas al sur de Francia, aunque hay buen sistema de trenes en el país, te aconsejo ver la opción de rentar carro al menos unos días, para que puedas moverte libremente entre los pueblitos, las playas o los campos de flores.

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