Tenía algún tiempo queriendo explorar el sur de Francia. Rentar un departamento, disfrutar sin prisas el pueblo o ciudad que eligiéramos y explorar sus rincones cercanos. Y fue así como leyendo sobre distintos lugares, comparando precios de rentas vacacionales y viendo fotos, le dije a Patrick que ya había un destino que había captado mi atención: Aix-en-Provence, la ciudad de Cézanne. ¿Me enamoraría?
Llegamos a Aix en pleno verano y yo creo que en los días más calientes. Por la misma razón era elemental conseguir un departamento con aire acondicionado ya que muchos de los que veíamos en los buscadores de rentas vacacionales no tenían o estaban carísimos. Finalmente encontramos un estudio pequeñito, en un edificio que al entrar resultaba algo claustrofóbico (aunque no el departamento), pero con una ubicación excelente.
Otra cosa que necesitábamos era una buena conexión de Internet, porque estábamos de viaje, pero no de vacaciones, realmente íbamos a explorar lugares para ofrecerlos en nuestra agencia. También teníamos que continuar con nuestro trabajo durante el día…(o la noche). Así, entre tiempos fuimos conociendo Aix y sus alrededores.
Aunque nosotros pudimos dedicarle diez días y hacer todo tranquilamente, la ciudad es pequeña y puedes explorarla fácilmente en dos días. ¿Qué hay que ver en Aix?
Centro histórico
Para empezar el centro histórico es hermoso con sus callecitas empedradas, sus fuentes, edificios históricos y muchos restaurantes y bares. En el centro puedes ver la Catedral Saint-Sauveur construida entre los siglos XII-XVI, con su pequeño claustro. El Ayuntamiento con la Torre del Reloj donde hay una placita muy chula con restaurantes y bares (como en toda la ciudad).
Pero sobre todo no puedes dejar de pasear por sus plazas que son maravillosas, especialmente la Place des Cardeurs que es enorme, rodeada de restaurantes y bares que en verano montan sus terrazas sobre la plaza y la Place Richelme, más pequeña que la anterior pero muy pintoresca, sobre todo en los días de mercado.
Cours Mirabeau
La calle más famosa de Aix, tiene 440 metros de longitud y está llena de árboles, fuentes, restaurantes y edificios hermosos con su arquitectura típica del sur de Francia con esa influencia romana. Los domingos ponen un mercado de antigüedades a lo largo de la avenida donde puedes encontrar de todo.
Mercadillos de Aix
Y ya hablando de mercados, ponen unos preciosos en sus plazas, como el de flores en la plaza del Ayuntamiento, el de la plaza frente a la Fuente de la Rotonda y el de la Place Richelme, el que me pareció más bello, donde puedes encontrar jabones artesanales, productos con lavanda, flores, carnes frías, frutas y verduras, miel de la Provenza y un montón de productos locales. Eso sí, no esperes encontrar productos más baratos que en las tiendas, de hecho me parecieron bastante caros.
Atelier de Cézanne
Estás en la ciudad de uno de los pintores más importantes del postimpresionismo y basta con caminar en el centro histórico para que te lo recuerden con placas en el piso para que sigas la ruta que le han diseñado o ver los edificios históricos como el de la casa donde murió. De hecho la oficina de Turismo ha diseñado una ruta para que los amantes de Cézanne la sigan y descubran su ciudad.
El atelier es un punto imperdible si se visita Aix. El estudio está ubicado en la casa que el pintor compró con la herencia de su madre. Nosotros tomamos la audioguía y la verdad cuando nos dijeron que duraba 35 minutos y era solo en ese punto, dudé que en realidad fuéramos a durar tanto en un solo cuarto, pero al final nos quedamos un poquito mas (tomando fotos) porque es encantador.
Pero sí es elemental ya sea rentar la audioguía o tomar la visita guiada, para escuchar todas las anécdotas, ya que ahí vas a ver objetos personales del pintor. Por cierto te recomiendo ir en autobús porque te deja justo enfrente y la casa está situada en una colina. Además necesitarás el autobús para ir al siguiente punto.
Terrain des Peintres
Éste es el punto más alto del Camino de la Marguerite, desde ahí puedes ver la montaña Sainte-Victoire, que Cézanne plasmó en 44 óleos y 43 acuarelas. La vista es maravillosa y como está situado en una zona residencial súper tranquila, puedes sentarte ahí el tiempo que desees a descansar y contemplar el paisaje.
Pavilion de Vendôme
Una mansión bellísima que aunque parece trasladarte a algún lugar sereno en el campo, en realidad estás en plena ciudad y muy cerca del centro histórico. El edificio fue construido en la segunda mitad del siglo XVII para que el Duque de Vendôme pudiera encontrarse con su amante. Hoy en día alberga colecciones de arte moderno.
A nosotros nos tocó una exhibición muy interesante llamada Villers / Picasso – Coup de soleil, que era sobre la colaboración que hicieron entre 1954-1962 el pintor malagueño y el fotógrafo André Villers. Picasso tenía 72 años, Villers 22 y lograron fusionar sus obras de manera única.
Musée Granet
Este museo ubicado en el barrio Mazarin, tiene una colección de 12,000 obras de arte, incluyendo obras de Cézanne y del mismo François-Marius Granet. Un museo para apreciar tranquilamente grandes obras de arte, sin las multitudes de turistas que encuentras en otros museos de Francia. Además -como amante de Picasso- tuve mucha suerte porque me tocó otra exposición temporal: Picasso-Picabia. El museo tiene una extensión llamada Granet XXe en la antigua Capilla des Pénitents Blancs, así ya te imaginarás la belleza del lugar conjugada con las obras de arte.
Me enamoré de Aix-en-Provence, de sus colores cálidos, de sus flores, de cómo se te puede ir tranquilamente la tarde sentada en una terraza mientras bebes un delicioso vino de la Provenza. Así fue como me imaginé que se podía disfrutar el sur de Francia.
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