Nuestra primera parada en Normandía fue en Rouen, una ciudad preciosa donde la gran heroína Juana de Arco fue puesta en prisión, juzgada por herejía y sentenciada a muerte, aunque tiempo después se reabrió su caso y se le absolvió. Una ciudad que sufrió mucho a lo largo de su historia por las plagas, el fuego y por las guerras que la dejaron destruida, pero que ahora –reconstruida- cautiva al viajero por su belleza.
Cuando caminas por las calles y plazas de Rouen es difícil imaginar que un lugar tan romántico haya pasado por tanto. Desde que salimos de la estación nos encontramos rápidamente con la enorme (y claustrofóbica) torre de Donjon, en la que Juana de Arco estuvo recluida esperando su juicio. Si te interesa conocer más sobre ella te recomiendo ir al edificio del Historial de Juana de Arco.
En lo que íbamos de un punto a otro no dejaban de sorprendernos tantos rincones tan bonitos que íbamos encontrando en el camino, sobre todo las plazas rodeadas de las casas con fachadas típicas de Normandía. Por ejemplo la pequeña Place Saint-Amand tiene un encanto peculiar, con un árbol enorme en pleno centro de la plaza, donde también se encuentra un bistro divino, ideal para tomarse una copa de vino en una de las mesas bajo el árbol, admirando las casitas que le rodean.
Conforme recorríamos las calles fuimos viendo otros edificios majestuosos como el del Hotel de Ville (Ayuntamiento), iglesias como la de Juana de Arco situada en la Plaza del Viejo Mercado donde fue quemada Juana de Arco; entre otras plazas y callecitas llenas de salones de té, restaurantes y bares, porque eso sí, la ciudad tiene también muy buen ambiente.
Una de las atracciones principales el Gros Horloge, un reloj precioso del año 1527 empotrado en una torre situada sobre un arco renacentista con hermosos altos relieves con imágenes religiosas en su interior. El reloj astronómico marca la hora, el día de la semana y las fases de la luna.
Por cierto al lado de la torre se encuentra el bar Delirium, la franquicia belga que ofrece más de mil tipos de cerveza en Bruselas.
Esa noche terminamos viendo el espectáculo de luces en la Catedral de Notre Dame, iglesia que si no has visto en persona, seguramente la habrás visto en pinturas de Monet. El show es tarde, a las 11 de la noche, ya que en verano oscurece muy tarde en Europa, pero vale la pena verlo porque es precioso, cuenta la historia de la catedral a través de imágenes proyectadas sobre la fachada del edificio.
Nuestro paso por Rouen fue breve, ya que fue nuestra parada a dormir en el camino de Bélgica hacia Mont Saint-Michel, pero es un lugar al que definitivamente queremos volver, no solo por lo bonito, sino para visitar lugares históricos cercanos de la Segunda Guerra Mundial como las playas del desembarco del Día-D.
Si ésta fue mi primera impresión de Normandía ¿qué otras sorpresas me esperaban en esta región? Lo descubrí cuando llegamos al siguiente punto: Mont Saint-Michel.
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