Escondido como un pequeño oasis entre el desierto y el mar, se encuentra Posada La Poza, un hotel boutique encantador, ideal para el viajero que va en busca de un relax absoluto, que desea simplemente alejarse del mundo y disfrutar de la naturaleza en Todos Santos.
Llegar a este hotel fue una sorpresa muy agradable, ya que se encuentra un poco escondido, pero en cuanto cruzamos la puerta nos encontramos con un agradable paraíso tropical entre palmeras, cactus y flores; un hotel que invita a relajarse en cada rincón que encuentres.
Pero vamos por pasos ¿por qué me gusto este hotel y por qué lo recomiendo? Primero que nada me gustó que el trato es muy personalizado, al llegar fuimos recibidos por los mismos dueños, quienes siempre están atentos de las necesidades de sus huéspedes. Por algo ocupa el primer lugar en la categoría de hoteles en Tripadvisor y forma parte del libro “Pequeños Hoteles Bellos en México”.
Me gustó también el aire artístico que tiene, ya que como la propietaria es pintora, ahí mismo exhibe sus obras. Pero sin duda su más grande obra fue el mismo hotel que ellos mismos construyeron hace años cuando llegaron de Suiza a Todos Santos, cuando todo estaba aún más desierto.
Lo agradable de quedarse en hoteles pequeños donde el trato es tan personal, es que tienes oportunidad de escuchar las historias de los dueños, como fue en este caso que nos explicaron cómo fueron construyendo todo ese hotel con sus jardines tan hermosos y cómo superaron adversidades como catástrofes naturales. Y en cada sitio se puede sentir la pasión y la dedicación que pusieron en él.
Nuestra experiencia
Entrando ya en detalles de nuestra estancia, tuvimos una habitación con vistas muy bonitas, ya que la playa está muy cerca del hotel y no hay que olvidar que los atardeceres ahí son maravillosos. Nosotros nos fuimos esa tarde a la playa, pero también hubiéramos podido ver el atardecer desde la comodidad de la terraza.
El cuarto era muy amplio, con una cama súper cómoda y el baño igual, grande y cómodo. Todo con una decoración muy alegre, muy peculiar, donde lo más importante es que descansamos de maravilla.
La alberca con agua salada y rodeada de follaje fue de mis lugares favoritos. Ahí se respiraba tranquilidad y si querías estar más cerca del mar, solo había que irse a alguna de las hamacas cerca de la playa. Aunque el mar ahí es bastante bravo, así que en mi caso con verlo tuve más que suficiente. Mejor quedarse a disfrutar cuando se tiene a la disposición una piscina así.
En las mañanas te ponen una mesa con café al lado de la alberca, así que solo había que ir por una rica taza de café y tumbarse en algún camastro a leer antes de zambullirse en el agua.
El hotel tenía diferentes espacios para relajarse como una sala entre el lobby y el restaurante, a donde podías irte a tomar algo en la noche, así como una terraza muy grande con vista al mar, que me encantó, me pareció perfecta para tener una fiesta ahí.
También tienen un restaurante que en el mismo pueblo nos habían dicho que era muy rico, pero como era nuestra última noche en Todos Santos, decidimos salir a cenar y de copas al centro (que es muy pequeño).
Cabe destacar que está ubicado muy cerca (a unos 10 minutos caminando) de la playa La Cachora, que además de ser preciosa es lugar de anidación de tortugas marinas.
¿Para qué tipo de viajero lo recomiendo?
Como mencionaba al inicio de este post, para aquellos que buscan alejarse del bullicio y tener un verdadero descanso. Una buena opción para parejas.
*Gracias al Hotel Posada La Poza por su amable hospitalidad.
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