Hotel Beethoven, un lindo tributo a la cultura en Viena

Viena es una ciudad tan pomposa, con una gran riqueza histórica y cultural, donde hasta un pequeño hotel puede resultar un gran tesoro. En nuestra última visita a la capital austriaca nos hospedamos en el Hotel Beethoven, el reflejo perfecto de una ciudad llena de arte e historia.

Como ya he mencionado en otros artículos, me encantan los hoteles temáticos y si eres de los míos entonces éste te va a encantar porque aunque su nombre honra al músico y compositor alemán Ludwig van Beethoven (quien murió en Viena), cada piso, cada habitación cuenta una historia diferente.

Todas las habitaciones están dedicadas a personalidades austriacas o que vivieron en Austria, que van desde mujeres fuertes y destacadas que vivieron entre los siglos XIX y XX como Bertha von Suttner, la primera mujer en ganar el Premio Nobel de la Paz, hasta el padre del psicoanálisis Sigmund Freud.

Nuestra habitación era la Salon-Bertha Zuckerkandl, dedicada a la escritora y periodista quien tenía un salón literario donde se reunía la élite austriaca por varios años, pero durante la Segunda Guerra Mundial, al ser hija de judíos, tuvo que exiliarse en París. Hago este paréntesis porque me fascinó que me hubieran hospedado en el piso de las mujeres fuertes de los siglos XIX y XX.

Pero dejando un poco la emoción al lado y volviendo a la decoración de nuestro cuarto, era muy lindo porque predominaban los tonos violetas y aunque tenía ese toque de época -tal vez por el candelabro-, en realidad era una habitación moderna, muy amplia hasta con un pequeño recibidor y cuarto de baño y ducha separados. Lo mejor es que nos tocó todo nuevo, ya que las habitaciones han sido remodeladas recientemente.

Este hotel boutique además tiene rincones fascinantes, como un pequeño patio, una sala de lectura donde en la mañana también se sirve el desayuno, pero ideal para sentarte frente al ventanal a leer y disfrutar un café vienés. Aunque mi rincón favorito fue el Salon Ludwig decorado como una casa clásica vienesa y donde encontramos un gramófono bellísimo.

El hotel tiene también muy buen servicio, un desayuno exquisito con distintos tipos de pan, mermeladas, quesos, carnes frías, huevos, de todo un poco, tal vez lo típico de un buen desayuno, pero que te sabe aún mejor en un lugar tan lindo.

Aunque no nos tocó, ya que nos hospedamos un día entre semana, sé que el fin de semana ofrecen concierto de música clásica para los huéspedes, por supuesto acompañado de un vino espumoso. También durante las tardes ofrecen té, café y repostería.

Cabe destacar que además está muy bien ubicado, ya que está a solo una cuadra del Naschmarkt, un mercado que existe desde el siglo XVI donde venden lo típico de los mercados, pero es más divertido, ya que está lleno de restaurantes y bares al aire libre.

Si viajas a Viena y vas buscando un hotel que te de un valor adicional, que no solo sea un lugar para dormir, sino un sitio que cuente historias, donde se note que han metido creatividad, pasión y corazón en cada rincón, entonces sin duda te recomiendo hospedarte en el Hotel Beethoven.

*Gracias al Hotel Beethoven por su amable hospitalidad.

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