En el corazón de Puebla se preserva un gran tesoro, nada más y nada menos que la primera biblioteca pública que existió en todo el continente americano y que ha sido registrada por la UNESCO como Memoria del Mundo: la Biblioteca Palafoxiana.
Como en mi anterior visita a Puebla no alcancé a visitar la Biblioteca Palafoxiana, en esta ocasión no me iba a quedar con las ganas, sobre todo porque me había quedado el remordimiento de que cómo era posible que hubiera conocido ya otras bibliotecas históricas alrededor del mundo y que no conociera la más antigua de América que se encuentra en mi propio país.
La biblioteca se fundó en el año 1646 tras la donación de 5 mil libros a los colegios tridentinos (seminarios religiosos) por parte del obispo Juan de Palafox y Mendoza. Después se fue ampliando la colección cuando más obispos donaron también sus libros. En la actualidad la biblioteca cuenta con más de 45 mil libros y manuscritos que datan de entre 1473 a 1821.
El edificio donde se encuentra es muy bonito, con arquitectura muy típica de la ciudad y hoy en día es la Casa de la Cultura de Puebla, pero en el siglo XVI fue el Colegio de San Juan y también uno de los seminarios tridentinos fundados por Palafox. Con el paso del tiempo el edificio tuvo diversas funciones y en 1981 la biblioteca fue convertida en un museo.
La biblioteca queda en el segundo piso del edificio y desde que subes te impresiona el marco barroco de la puerta. El interior está lleno de detalles hermosos, las puertas de madera con sus escudos, las bellas estanterías de cedro construidas algunas desde 1773, el piso con talavera, su techo abovedado y al fondo de la sala, un retablo dorado dedicado a la Virgen de Trapani.
Hay que dedicarle tiempo para poder admirar tranquilamente los libros antiguos de diversas categorías, no solo hay religiosos, globos terráqueos y los muebles antiguos. En verdad tiene un acervo impresionante.
Pero ¿sabes qué fue lo que más me gustó de la biblioteca? Que fue hecha por Palafox con la intención de que todo aquel que quisiera y supiera leer, tuviera acceso a los libros.
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Maria Esther Anderson
junio 2, 2017 at 6:24 pmMuchas gracias Silvia por darle a conocer al mundo la belleza e importancia de esta Biblioteca. Es una reliquia del mundo y esta en Puebla.
Con mucho cariño y admiracion
Maria Esther