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Nuestra estancia de ensueño en el hotel boutique CasaSandra en Holbox

mayo 18, 2017

No puedo imaginarme viajar a una isla paradisíaca como Holbox y no hospedarme en un hotel lindo, romántico y bohemio. Hay destinos turísticos donde tal vez uno pueda pensar que lo importante es tener un lugar donde dormir y ya, pero en una playa como ésta, gran parte de la experiencia te la da el hotel donde te hospedes.

En nuestro reciente viaje a Holbox nos hospedamos en un hotel boutique precioso llamado CasaSandra cuyo eslogan es “hotel con arte”, lo cual ya te va dando una idea de lo que vas a encontrar en cuanto a diseño y decoración.

Antes de hablar del hotel tengo que hacer un paréntesis para hablar de Sandra Pérez -la dueña-, una artista cubana con una trayectoria envidiable. Es escritora, pintora, trabajó nada más y nada menos que con Pablo Milanés, ha compuesto temas para Francisco Céspedes, etcétera. Así que después de leer un poco sobre ella, me imaginé que su hotel iba a reflejar ese amor que tiene hacia el arte. De inmediato me encantó la idea de hospedarme ahí.

Entrada al hotel CasaSandra en Holbox. Foto © Silvia Lucero

A nuestra llegada al hotel nos recibieron con un coctel delicioso y como lo había imaginado, encontramos un lugar súper chic, decorado con cuadros de pintores cubanos y lleno de detalles. El servicio también fue de primera, desde el momento en que entramos al hotel, hasta que nos fuimos. Me gustó sobre todo porque el trato era muy personalizado.

Tomando un refrescante coctel de bienvenida. Foto © Silvia Lucero
Mi primera impresión del interior del hotel. Me encantó. Foto © Silvia Lucero

Nuestra suite era un sueño, era muy grande, teníamos un pequeño comedor, dos entradas que daban a los jardines, una pequeña sala, una cama king maravillosa y súper cómoda (¡qué bien dormí!) y un balcón con hamaca y sillas con vista hacia el jardín que da a la piscina.

Una de las entradas a nuestra suite. Foto © Silvia Lucero
Adoré esa cama. Foto © Silvia Lucero
Teníamos un pequeño comedor. Foto © Silvia Lucero
También había una pequeña sala. Foto © Silvia Lucero

Me encantaron todos los detalles de la habitación, que contaba con elementos mexicanos y de playa, pero muy sutiles, muy elegantes. Ni hablar de nuestro baño que también era muy grande, con su ducha y una tina que solo de verla ya te invitaba a llenarla, relajarte y quedarte ahí el resto de la tarde. Pero no, estabamos en Holbox y aún no habíamos ido a la playa.

El baño también era muy bonito y muy amplio. Foto © Silvia Lucero

Esa tarde nos fuimos al bar playero del hotel y yo creo que fue en ese momento que me enamoré de la isla. El momento era perfecto, nosotros en los camastros, frente a ese mar tranquilo y cristalino que parece una piscina enorme, bebiendo cervezas y disfrutando de las bellezas de mi México.

Disfrutando de las hermosas playas de Holbox. Foto © Patrick Mreyen

Como nos habían comentado que el hotel además tiene uno de los mejores restaurantes de la isla, decidimos cenar esa noche ahí en su restaurante Esencia. Cenamos delicioso, empezamos con un carpaccio de pulpo, continuamos con pescados (no recuerdo los nombres de los platillos) y terminamos compartiendo un cheesecake de guayaba.

Carpaccio de pulpo en el restaurante del hotel. Foto © Patrick Mreyen
Uno de los platos de pescado con una salsa deliciosa. Foto © Patrick Mreyen
El postre para pecar. Foto © Silvia Lucero
Muy romántica nuestra cena. Tienen también mesas bajo las palmeras y tenían una frente a la playa, donde alguna pareja iba a tener un momento romántico especial. Foto © La Trotamundos

El desayuno también estuvo muy rico, tienen buffet estilo americano y tienes también opciones de huevos preparados de distinta manera. Pero lo que más me gustó fue el pan dulce, que estaba recién hecho. Además nada como desayunar al aire libre frente al mar.

Desayunando en el hotel. Foto © Patrick Mreyen

Como nuestros viajes es parte de nuestro trabajo, nos sentamos un rato a trabajar en el área de la piscina, que también es muy bonita y relajante. No me quería ir, ahí entendí a esas personas que viajan, se enamoran de un lugar, montan su empresa y se quedan a trabajar ahí.

La piscina con su bar. Foto © Silvia Lucero

Pero tristemente llegó la hora de irnos y esquivando a las iguanas del jardín (ah cómo me encantan las iguanas), dejamos el hotel con la ilusión de volver pronto, muy pronto a Holbox.

Mi iguana favorita en los jardines de CasaSandra. Foto © Silvia Lucero

*Gracias al hotel CasaSandra por su amable hospitalidad.

Si te gustaría conocer la isla Holbox o hacer un viaje inolvidable por Quintana Roo y necesitas que organice tu viaje, escríbeme a silvia.lucero@tripdreaming.com.