Me encantan esas pequeñas ciudades coloniales con calles empedradas, que invitan al viajero a perderse en ellas para así mostrarle su belleza. Aunque ese tipo de lugares mágicos los encontramos en la mayoría de los países de América Latina, cada uno tiene su identidad, en especial Trinidad que ha logrado mantenerse auténtica (obviamente sin franquicias).
Cómo llegamos
Salimos en un taxi compartido de Cienfuegos a Trinidad, como era una distancia corta (de una hora aproximadamente), nos llevaron en uno de esos autos antiguos americanos.
La Casa de Miriam
Nos quedamos una noche en la Casa Miriam, una casa muy grande, donde se utilizó muy bien el espacio, porque en todos los techos hay diferentes terrazas, con un bar, mesas, camastros y un columpio. Los cuartos están muy bien, muy limpios y con muy buen aire acondicionado.
Miriam, es el alma de la casa, muy simpática salió a recibirnos atacada de risa porque se estaba pintando el pelo y acababan de cortar la luz en toda Trinidad. Eso nos tocó también en La Habana, cuando les cortan la luz durante varias horas al día. Cuba no es un país fácil, pero es hermoso.
En la noche cenamos en su casa y como tenía varios huéspedes, nos sentó a todos en una mesa larga y dijo “aquí no hay nacionalidades, ni idiomas, ni clases, aquí cenamos todos juntos en familia”. Nos sentó y empezó el desfile de ensaladas, langosta a la parrilla (lo que pedimos casi todos –otros pidieron pollo o pescado-) y mojitos. Fue una cena deliciosa y pasamos una noche muy agradable.
Trinidad y sus casas de colores pastel
Trinidad está ubicada en la provincia de Sancti Spíritus. Tiene fama de ser de las ciudades más hermosas del país y lo es, de hecho es Patrimonio de la Humanidad. Es pequeñita, de estilo colonial y llena de vida.
Me encantó caminar por sus calles y ver a los niños jugar, las familias conviviendo afuera de las casas. Otros escuchando música (o viendo sus celulares) sentados en las escaleras junto a la Plaza Mayor.
De noche también es maravillosa, después de cenar salimos a un bar donde había música en vivo que se llamaba La Botija.
Como en toda Cuba, las calles estaban muy limpias. Me impresionó no ver basura en las calles ni bichos raros, no vimos una sola cucaracha. Nos contaron que porque el gobierno fumiga una vez a la semana (sobre todo ahora con el Zika) y nos tocó en Trinidad.
Ir o no ir a la playa Ancón
Como la ciudad es chica y la puedes ver en poco tiempo, fuimos unas horas a playa Ancón que es muy famosa. Es bonita, pero tampoco creo que sea la mejor playa, vi fotos de Cayo Coco y otras playas en el país que se ven espectaculares.
Todo depende de lo que desees, si te quieres refrescar un poco, entonces tal vez sea una buena opción pasar solo unas horas ahí, los dos hoteles de ahí son feos, es mejor quedarse en Trinidad e ir en taxi o autobús a la playa.
En nuestro caso, después pensamos que en lugar de Ancón, debimos haber hecho otro paseo a caballo por el Valle de los Ingenios. A la próxima…
A principio pensé que Trinidad era muy bonita, pero igual a muchas ciudades coloniales que ya había visto en otros países, incluyendo el mío. Pero conforme la fui conociendo, me fue gustando más y más. Ojalá logre permanecer así intacta a futuro o al menos conservar su esencia.
Hospedaje
Casa de Miriam
Email: casamiriamtrinidad@yahoo.es
Precio por habitación doble: 25 CUC
Precio por cena: 10 CUC por persona
Precio por desayuno: 5 CUC por persona
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