Cada vez que recuerdo mi viaje a Mendoza se me hace agua la boca, ya que el vino argentino es uno de mis favoritos, especialmente el Malbec. Y como siempre que viajamos a países que son famosos por sus vinos procuramos hacer un recorrido por las regiones vitivinícolas, Argentina no podía ser la excepción.
Aunque el país cuenta con varias regiones de vino, quisimos visitar la más famosa: la provincia de Mendoza. Su capital, que lleva el mismo nombre, es una ciudad muy bonita a las faldas de la cordillera de los Andes, llena de cafecitos y restaurantes donde se come delicioso (como en toda Argentina).
Si vas a viajar a Argentina y quieres ir a Mendoza lo primero que tienes que tener en cuenta es que las distancias son grandes y queda a 1050 kilómetros de Buenos Aires. Pero con dos días tienes más que suficiente.
¿Cómo llegar?
En este recorrido, como en muchos que hicimos en Argentina, tomamos un autobús nocturno. Como odio volar (aunque no lo creas), para mí fue la mejor opción porque hay autobuses muy cómodos, sobre todo los de primera clase donde el asiento se hace totalmente cama, proyectan películas y hasta tienen servicio de cena con vino.
Mi recomendación es ir a la estación de Retiro -en Buenos Aires- para poder comparar precios y tipos de autobuses de las diferentes compañías que viajan a esa región.
Maipú en bicicleta
El primer día fuimos a Maipú en autobús (a 18 km de Mendoza) y ahí alquilamos una bicicleta para recorrer los viñedos en un lugar llamado Mr. Hugo. Ahí nos dieron un mapa con las bodegas y decidimos empezar con el Museo del Vino “La Rural”.
El museo tiene 4,500 instrumentos, herramientas y maquinaria, que forman parte de la historia de la producción de vino. También ves la finca que fue la casa de Felipe Rutini (seguramente conoces sus vinos). Obviamente todo acaba en el momento más deseado, la degustación de vinos.
Después nos pasamos a una de las más famosas del mundo, la bodega de Trapiche. Una bodega muy moderna, súper bonita y donde aprovechamos más que nada para degustar los vinos y probar uno que no he vuelto a encontrar, su “encabezado de Malbec”, un vino dulce delicioso que a mí me supo como a chocolate.
Paramos a comer en la Bodega Viña del Cerno donde comimos un sándwich de carne delicioso, acompañado del vino de la casa. Después de la comida me hubiera encantado tener tiempo para una siesta, pero tuvimos que seguir nuestro trayecto a la última degustación en la bodega Di Tomasso, la más antigua de Mendoza.
Como ya eran muchos vinos, regresamos a Mr. Hugo donde terminas tu jornada como podrás adivinar, bebiendo más vino.
A la tierra del Malbec
Al día siguiente fuimos a Luján de Cuyo (a 22 km de Mendoza), ahí era un poco más complicado porque se necesitaba hacer cita para visitar las bodegas, en especial la que más me interesaba que era la de Luigi Bosca (mi favorita en cuanto a Malbec).
La bodega es muy bonita, tiene unas obras de arte muy interesantes tituladas “Vía Crucis del Vino” del artista Hugo Leytes, que son 14 relieves que relatan la historia del vino en el país. La degustación, como era de esperarse, fue excelente con sus vinos de alta calidad.
Además de Luigi Bosca, en esta región puedes encontrar bodegas famosas internacionalmente como Catena Zapata, Norton y Lagarde.
Fue poco tiempo en Mendoza, pero fueron dos días intensos de vinos, comida, vinos, atracciones turísticas, vinos, paseo en bicicleta y por supuesto más vinos. Un viaje delicioso para los amantes del Malbec.
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