La capital portuguesa tiene mucho encanto. Una ciudad que se cobija en sus siete colinas, con tranvías que la recorren entera, dándole ese toque romántico. Puedes perderte por sus barrios y descubrir todas las joyas que esconde, desde plazas históricas hasta un castillo medieval. Así es Lisboa la ‘ciudad blanca’.
Belém
Un punto estratégico en la historia del país porque desde ahí partían los exploradores en busca de nuevas tierras a conquistar. Ahí a orillas del río Tejo, se encuentra la Torre de Belém, un baluarte que servía para defender la ciudad.
También debes ver el Monasterio de los Jerónimos, enorme, impresionante, precioso. Se mandó edificar al lado de una iglesia para celebrar el regreso de la India del explorador Vasco de Gama, de hecho ahí puedes ver su tumba y la de otros personajes célebres.
Y si buscas modernidad también la puedes encontrar en el Museo Berardo, que cuenta con grandes obras de arte contemporáneo.
Belém queda un poco más alejado del resto de los barrios famosos de Lisboa, pero no la excluyas de tu recorrido, de verdad vale la pena ver el monasterio, además puedes tomar un tranvía desde la Plaza del Comercio.
Ciudad Baixa
La ciudad está dividida en Alta y Baja. En la parte Baja o Baixa, se concentran los comercios, museos, edificios históricos, monumentos, iglesias y por supuesto muchas plazas.
La Plaza del Comercio es la más importante de la ciudad. Situada frente al Tejo, ahí se encontraba el Palacio Real, que fue destruido en el terremoto devastador de 1755. En esta plaza también fue asesinado el rey Carlos I de Portugal y el príncipe heredero a principios del siglo XX.
Ahora puedes ver los edificios amarillos con sus portales. En el medio de las construcciones que forman una “U” se levanta el hermoso Arco Triunfal de Rua Augusta, símbolo de la ciudad tras su renacimiento después del terrible terremoto. Al atravesar el arco, puedes encontrar calles peatonales llenas de tiendas, restaurantes y el Museo de Diseño y la Moda.
Algo imperdible en la Baixa es el Elevador de Santa Justa que comunica la parte Baixa con la Alta. Un ascensor que tienes que tomar porque de ahí tienes unas vistas maravillosas de las calles de la Baixa y es una de las atracciones más famosas de la ciudad.
Chiado
Al subir por el ascensor, sales al barrio de Chiado, considerado el corazón bohemio de la ciudad, pero también es una de las zonas de moda. No te pierdas el legendario Café A Brasileira, que era punto de encuentro de intelectuales. Entre sus más famosos clientes se encontraba el poeta Fernando Pessoa.
También encuentras muchas tiendas, los Almacenes de Chiado, plazas rodeadas de edificios preciosos, librerías antiguas, teatros, etc. Es un barrio muy lindo que no vas a pasar por alto.
Ciudad Alta
Al lado de Chiado se encuentra la parte Alta de Lisboa, el barrio donde vas a salir de noche porque es el más vibrante con sus restaurantes y bares. Te recomiendo recorrer la Rua da Atalaia e ir de bar en bar para vivir la vida nocturna lisboeta. Si vas por música típica, sin duda aquí (y en Alfama) encontrarás lugares para escuchar Fado.
Alfama
Este fue mi barrio favorito en Lisboa. Es el más antiguo de la ciudad y desde ahí obtienes las mejores vistas de Alfama, no dejes de ir a sus miradores Porta do Sol y Santa Luzia para tomar la foto típica de los tejados. En este barrio se encuentran muchas atracciones muy importantes, así que seguramente pasarás mucho tiempo recorriéndolo.
En Alfama se halla la Catedral Sé o de Santa María Maior, construida en el año 1147 por el primer rey de Portugal Alfonso Enríques tras la reconquista cristiana. La iglesia se edificó en el mismo sitio donde se encontraba una mezquita.
A unos metros de la catedral se encuentra la Iglesia de San Antonio, construida en el lugar donde se cree que nació este santo. O como diría una buena amiga (los “headquarters” para pedir novio ;-)).
Un imperdible es el Monasterio de San Vicente da Fora, con su iglesia del siglo XVI, que honra al santo de la ciudad San Vicente. Lo más bello es el claustro con sus azulejos que relatan la historia y la vida Portugal. En este lugar también descansan los restos de la mayoría de los miembros de la casa real Bragança. Es verdaderamente impresionante por fuera y por dentro.
Arriba del barrio de Alfama se alza imperioso el Castillo San Jorge, una fortaleza medieval que parece salida de un cuento, basta ver la rampa de entrada para dar rienda suelta a la imaginación (mis sobrinas pensarían que ahí vive la princesa de sus cuentos). La construcción está muy bien conservada con sus murallas y torres. Otro punto excelente para vistas panorámicas de Lisboa.
¿El Golden Gate en Lisboa?
El Puente 25 de Abril, sobre el río Tejo, mide más de 2.3 kilómetros de largo y fue construido por la misma empresa que construyó el Golden Gate en San Francisco, a eso se debe su similitud. En un principio se le llamó Puente Salazar, pero después de la revolución de 1974 se le cambió el nombre a 25 de Abril.
Los tranvías
Como podrás ver la ciudad está llena de tranvías que le dan ese toque único. Aunque siempre recomiendo caminar por las ciudades para conocer cada rincón, aquí sí es imprescindible tomar al menos un tranvía, es una experiencia obligatoria. De preferencia el más famoso, el número 28 que recorre gran parte de la ciudad.
Lisboa tiene muchas cualidades que enamoran al viajero, pero si quieres un día de excursión también puedes darte una escapada a playas como las de Cascais o a la bella Sintra, ciudad de los castillos.
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