Como ya te habrás dado cuenta, me encanta viajar a lugares donde reine la naturaleza y me dejen boquiabierta los paisajes, tal como me ocurrió en el increíble Lago Titicaca. Por eso te comparto mi experiencia y te advierto que te van a entrar unas ganas locas por descubrir ese lugar mágico.
El Titicaca es el lago navegable más alto del mundo, ya que se encuentra a una altitud de más de 3,800 metros sobre el nivel del mar y el más grande de Sudamérica. Tiene una superficie de 8,549 km² y es compartido entre Perú y Bolivia. Tiene playas, unas 14 islas y un conjunto de islas artificiales flotantes.
Nosotros visitamos el lado boliviano, primero llegamos al pueblo de Copacabana (del cual hablo más adelante) y ahí nos embarcamos rumbo a la Isla del Sol, la más grande del lago. Un lugar sagrado que durante el período Inca fue un santuario con un templo con vírgenes dedicadas al dios del Sol Inti.
En cuanto llegas hay que subir unos 60 metros por una larga escalera de piedra, lo cual resulta bastante pesado con el equipaje y la altura. Pero hay que hacerlo poco a poco e ir disfrutando las vistas maravillosas. Te recomiendo dejar tu equipaje en Copacabana y cruzar a las islas sólo con una mochila pequeña, nosotros lo dejamos en un hotel.
Esta isla está habitada en su mayoría por indígenas quechua y aymara. Es muy común verlos con sus llamas, transportando cosas en sus burros, pastoreando y a los niños corriendo a tomarse fotos con los turistas. También verás las terrazas creadas para los cultivos, las cuales hacen que se vea más atractivo el paisaje.
La Isla del Sol mide 9.6 km de largo por 4.8 km de ancho y lo más recomendable es seguir la ruta del Camino Inca para ver los paisajes espectaculares y visitar las zonas arqueológicas como Chinkana, el Palacio de Pilkokaina, la Roca Sagrada (donde según la leyenda empezó el Estado Inca) y la Escalinata de Saxamani en Yumani.
También vimos playas muy bonitas, pero hacía frío como para tumbarse a tomar el sol (nosotros fuimos en invierno) y el agua tiene una temperatura promedio de unos 15 ºC.
Una experiencia que no hay que perderse es ver el atardecer desde alguno de los miradores. Aunque tengo que decir que para mí lo más hermoso fue cuando salió la luna llena enorme y brillante, parecía que iba saliendo de la Isla de la Luna que está enfrente de la Isla del Sol.
Como la altura en este tipo de viajes afecta bastante, es mejor dormir una o dos noches en la isla. Nosotros nos quedamos en el Ecolodge La Estancia, que nos encantó, sobre todo por las vistas.
De regreso en Copacabana, un pueblo muy pintoresco situado entre colinas, visitamos la bellísima Basílica de la Virgen de la Candelaria, no hay que perdérsela.
Aquí finalizamos nuestra aventura en Bolivia, cruzando en autobús a Perú, pero iniciamos otra yendo en otro camión ‘infernal’ hasta Cuzco para seguir nuestro gran recorrido por Sudamérica.
Otros artículos de interés:
Salar de Uyuni, el viaje que jamás olvidarás
De Cuzco a Machu Picchu
Comidas exóticas del mundo: bichos, intestinos y roedores
cristina
abril 6, 2015 at 1:46 pmInteresante post ! Bellísimas fotos ! Gracias ! Te leo siempre.
saluditos desde Bs . As.
Silvia Lucero
abril 6, 2015 at 9:45 pmGracias! Saludos hasta Buenos Aires!