México

Guanajuato: un estado lleno de historia, leyendas y lugares mágicos

septiembre 12, 2014

Guanajuato es uno de mis estados favoritos, primero que nada porque es precioso y es el destino ideal para empaparte de la historia y la cultura mexicana. En segundo lugar porque ha tenido gran influencia en mi vida, ya que fue el primer lugar al que viajé sola con mis primas. Una tradición que empezó mi madre cuando ella era adolescente, el viajar y vivir experiencias inolvidables en la bella ciudad de Guanajuato.

Aún recuerdo con muchísimo cariño cuando tomábamos el autobús (nada cómodo en ese entonces) desde Cd. Juárez hasta Guanajuato -24 horas de camino-, llenas de ilusiones, con la sonrisa en la boca, aunque siempre regresáramos llorando. En cuanto llegábamos a Juárez, empezábamos a contar los días y a planear nuestras siguientes vacaciones a Guanajuato…de nuevo.

Dejando el sentimentalismo a un lado, es un estado muy importante en la historia de mi país porque es la “cuna de la independencia de México”, basta con visitar la Alhóndiga de Granaditas en la ciudad de Guanajuato o el pueblo de Dolores Hidalgo (donde una noche entre el 15 y 16 de septiembre el cura Miguel Hidalgo incitó al pueblo a levantarse contra el Virreinato de la Nueva España, lo que se conoce como el Grito de Dolores), para comprender el peso histórico de este lugar.

Pero ¿qué es lo que no te debes perder si visitas Guanajuato?

GUANAJUATO
Empecemos con la ciudad de Guanajuato, capital del estado, la cual es preciosa con su arquitectura colorida estilo colonial, calles empedradas y túneles, súper pintoresca. Es patrimonio de la UNESCO y su nombre significa “ciudad de ranas”.

Edificios pintados en colores vibrantes en el centro de la ciudad de Guanajuato. Foto © Patrick Mreyen
Edificios pintados en colores vibrantes en el centro de la ciudad de Guanajuato. Foto © Patrick Mreyen
Guanajuato es una ciudad con mucha personalidad ¡me encanta! Foto © Patrick Mreyen
Guanajuato es una ciudad con mucha personalidad ¡me encanta! Foto © Patrick Mreyen
Mercado Hidalgo en la ciudad de Guanajuato. Foto © Patrick Mreyen
Mercado Hidalgo en la ciudad de Guanajuato. Foto © Patrick Mreyen

Una ciudad rica en cultura, para empezar tiene una universidad muy importante, con un edificio de arquitectura estilo neoclásico impresionante. En esta ciudad se celebra también cada año el Festival Internacional Cervantino y hay muchos museos súper interesantes como el Museo del Quijote, la Casa de Diego Rivera (el pintor era de ahí) y dos que me fascinan el Museo de las Momias de Guanajuato y el de la Casa de las Leyendas.

Universidad de Guanajuato. Foto © Patrick Mreyen
Universidad de Guanajuato. Foto © Patrick Mreyen
Museo de las Momias de Guanajuato. Foto © Patrick Mreyen
Museo de las Momias de Guanajuato. Foto © Patrick Mreyen

Aquí también se realizan las famosas “callejoneadas” que consiste en un recorrido por las calles del centro histórico, acompañado de la estudiantina. Los Tunos visten su atuendo antiguo típico del Siglo de Oro español, cantan canciones antiguas y cuentan leyendas. Es una experiencia súper linda, aunque recuerdo que hace muchos años tomé un recorrido parecido por los jardines de la ex Hacienda San Gabriel de Barrera y también me fascinó, así que si puedes tomar los dos, mejor aún.

La estudiantina con sus trajes de tunos cantando canciones clásicas durante una callejoneada. Foto © Patrick Mreyen
La estudiantina con sus trajes de tunos cantando canciones clásicas durante una callejoneada. Foto © Patrick Mreyen

Guanajuato se caracteriza por ser una ciudad de leyendas, las más famosas son las del Callejón del Beso, La Llorona, la Calle del Truco, el Callejón de la Condesa, entre otras. Lo fascinante es que las puedes ver representadas en réplicas en el Museo Casa de las Leyendas, es precioso. Obviamente no puedes dejar de participar en la más famosa, la del Callejón del Beso y por supuesto darte un beso con tu pareja en el tercer escalón.

El Callejón del Beso tiene una leyenda romántica-trágica de dos jóvenes que pertenecían a diferentes clases sociales, que se enamoraron y tenían sus encuentros en los balcones, que están casi pegados. Como se imaginarán, el padre finalizó el romance de manera trágica, mato a su hija y el joven enamorado le dio un último beso en la mano, por eso se le llama el Callejón del Beso. Obviamente como es de imaginarse el joven terminó quitándose la vida. La leyenda obliga a las parejas a darse un beso en el tercer escalónpara tener amor eterno. Foto © Patrick Mreyen
El Callejón del Beso tiene una leyenda romántica-trágica de dos jóvenes que pertenecían a diferentes clases sociales, que se enamoraron y tenían sus encuentros en los balcones, que están casi pegados. Como se imaginarán, el padre finalizó el romance de manera trágica, mato a su hija y el joven enamorado le dio un último beso en la mano, por eso se le llama el Callejón del Beso. Obviamente como es de imaginarse el joven terminó quitándose la vida. La leyenda obliga a las parejas a darse un beso en el tercer escalón para tener siete años de amor, de lo contrario viene la mala suerte. Por si las dudas, hay que darse el beso… Foto © Patrick Mreyen

Como testigo y guardián de la ciudad se encuentra en lo alto de un cerro una enorme estatua de El Pípila, si te sitúas en el Jardín la Unión casi frente al Teatro Juárez y volteas hacia arriba, puedes ver este famoso monumento, si subes por el funicular, desde la cima tendrás vistas espectaculares de la ciudad.

Arriba El Pípila se alza triunfante sobre la ciudad. Foto © Patrick Mreyen
Arriba El Pípila se alza triunfante sobre la ciudad. Foto © Patrick Mreyen
Vistas de la ciudad de Guanajuato desde la explanada donde se encuentra El Pípila. Foto © Patrick Mreyen
Vistas de la ciudad de Guanajuato desde la explanada donde se encuentra El Pípila. Foto © Patrick Mreyen

La ciudad está llena de iglesias hermosas con imágenes religiosas impactantes, la verdad los cristos y santos pueden hasta darte miedo, pero vale la pena entrar a las iglesias a verlos y apreciar el arte.

Catedral de Guanajuato. Foto © Patrick Mreyen
Catedral de Guanajuato. Foto © Patrick Mreyen

Aunque tiene muchas plazas, para mí, ninguna como la del Jardín La Unión, rodeada de hoteles, restaurantes y bares, llena de vida. Nada como sentarte ahí a ver la gente la pasar, disfrutar del clima delicioso de Guanajuato, que por las tardes tiende a refrescar. Y tal vez hasta tomarte un tequilita en el Bar Tradicional Luna. Mi madre me contaba que cuando ella era joven, los hombres daban la vuelta a la plaza por un lado y las mujeres por otro y que si alguno quería acercarse a hablar con la que le gustaba, le daba una flor.

El Jardín La Unión no alcanzó a salir en la foto, pero los tequilas si. Foto Patrick Mreyen
El Jardín La Unión no alcanzó a salir en la foto, pero los tequilas si. Foto Patrick Mreyen

El Teatro Juárez es uno de los puntos turísticos principales de la ciudad, de hecho sus escalones son punto de encuentro. Si no puedes asistir a algún evento cultural, entonces no dejes de tomar el tour porque el teatro es bellísimo por fuera y por dentro, construido en 1903 en la época del Porfiriato.

Teatro Juárez. Foto © Patrick Mreyen
Teatro Juárez. Foto © Patrick Mreyen
Interior del Teatro Juárez. Foto © Patrick Mreyen
Interior del Teatro Juárez. Foto © Patrick Mreyen

A las afueras de la ciudad se encuentra la mina de La Valenciana, no dejes de visitarla, ya que fue una de las principales de la Nueva España, de donde se extraía mucha plata. Al lado también puedes visitar el templo de San Cayetano, construido con las ganancias de la mina y de estilo barroco mexicano.

Mina La Valenciana. Foto © Patrick Mreyen
Mina La Valenciana. Foto © Patrick Mreyen

DOLORES HIDALGO
Lo que más me gusta de este estado es que hay muchos lugares increíbles, vale la pena recorrerlo todo. Uno de ellos es Dolores Hidalgo, Pueblo Mágico y cuna de la Independencia, ahí puedes visitar la última casa en la que vivió el cura Miguel Hidalgo, la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, donde hizo repicar las campanas para levantar al pueblo en su lucha por la independencia. Puedes visitar el Museo del Bicentenario y darte un descanso de tanta historia probando los famosos helados de sabores exóticos como aguacate, mole, tequila, entre muchos otros.

Este es también el pueblo natal de José Alfredo Jiménez, una clásico de la música ranchera, puedes visitar la casa museo y el mausoleo. Si no lo conoces, te recomiendo escucharlo, ya que cualquier trago mexicano sabe mejor acompañado de alguna de sus canciones. Seguramente terminarás cantando El Rey con un buen tequila.

Parroquia de Nuestra Señora de los dolores. Foto © Patrick Mreyen
Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores. Foto © Patrick Mreyen
Placa en laparroquia. Foto © Patrick Mreyen
Placa en los escalones de la parroquia. Foto © Patrick Mreyen


SAN MIGUEL DE ALLENDE
Una ciudad que no te puedes perder es San Miguel de Allende, elegida como la mejor ciudad del mundo por los lectores de Condé Nast Traveler. Sobra mencionar que la ciudad es preciosa, al igual que Guanajuato, tiene arquitectura estilo colonial, plazas muy bonitas, calles empedradas, todo es muy colorido y su catedral parece salida de un cuento. Es además una ciudad muy internacional, con muchos expats, uno de los lugares favoritos de retiro de estadounidenses, canadienses y europeos.

San Miguel de Allende, a la derecha se puede apreciar la majestuosa Parroquia de San Miguel Arcángel. Foto © Patrick Mreyen
San Miguel de Allende, a la derecha se puede apreciar la majestuosa Parroquia de San Miguel Arcángel. Foto © Patrick Mreyen

ATOTONILCO
Muy cerca de San Miguel se encuentra el Santuario de Atotonilco, una joya de arte del siglo XVIII, es Patrimonio de la Humanidad y no hay rincón en sus paredes, techos, bóvedas, capillas, retablos, donde no encuentres una muestra de arte. Un deleite para la vista.

El Santuario de Atotonilco por fuera es una construcción blanca sencilla y por dentro es como un museo, lleno de frescos, retablos, columnas con hoja de oro, una completa obra de arte. Foto © Patrick Mreyen
El Santuario de Atotonilco por fuera es una construcción blanca sencilla y por dentro es como un museo, lleno de frescos, retablos, columnas con hoja de oro, una completa obra de arte. Foto © Patrick Mreyen

Y ya con esta me despido…su gastronomía, en Guanajuato se come muy bien, entre sus especialidades se encuentran las enchiladas mineras y las pacholas.

Enchiladas mineras afuera del Santuario de Atotonilco. Foto © Patrick Mreyen
Enchiladas mineras afuera del Santuario de Atotonilco. Foto © Patrick Mreyen

Obviamente hay muchos lugares en ese estado a los que no alcancé a ir, por lo que tendré que hacer el sacrificio de volver algún día a seguir el “Camino de Guanajuato” y descubrir esos rincones maravillosos. ¿Alguna recomendación?

Más artículos sobre México
El viaje en el que me enamoré de Chiapas
Yucatán: el estado de las maravillas ¡Mare!
La grandeza de Teotihuacan
Entre el cielo y Tulum

  • cristina
    septiembre 20, 2014 at 11:47 am

    Siempre leo tus post , son geniales por muchos motivos , saludos desde Buenos Aires
    C.