Escrito por la redactora y amante de los viajes C.Ortiz / Fotos: © C.Ortiz
Hacer un viaje por Sicilia significa viajar en el tiempo, disfrutar de una gastronomía auténtica y descubrir paisajes increíbles. Está claro que las opciones que ofrece la isla son muchas y que el recorrido variará según la cantidad de días de los que se disponga. Sin embargo, existe una serie de rincones únicos que ningún viajero puede dejar de conocer. Se trata de lugares que ya sea por su valor histórico, por sus recursos naturales o por su patrimonio cultural representan la columna vertebral de esta isla italiana.
En primer lugar, está la capital: Palermo. Aquí se puede visitar la catedral, la Plaza de Quattro Canti, las Catacumbas de los Capuchinos, el Palacio de los Normandos, etc. También se puede aprovechar para ir a algunos de los mercados más característicos como el Mercato delle Pulci, el Mercado de la Vucciria o el de Ballarò. Además, quienes quieran desconectar un poco del ambiente de la ciudad pueden darse un baño en la playa de Mondello o visitar el famoso Parque de La Favorita. Lo mejor para poder disfrutar al máximo y evitar las prisas es quedarse dos o tres días. Para el alojamiento puedes probar a reservar online, en este caso páginas como venere.com suelen ser muy útiles ya que te dan bastante información para poder decidir la zona o el tipo de alojamiento que mejor se adapte a tus necesidades.
Por su parte, los amantes del mar no pueden dejar de recorrer sitios como Scopello y San Vito lo Capo, dos pueblitos de pescadores que pertenecen a la Reserva Nacional dello Zingaro. Ambos cuentan con un mar de aguas transparentes, acantilados y con un pequeño casco histórico digno de conocer. Otra buena opción de mar es Cefalù, un pueblo medieval ubicado al norte de la isla a medio camino entre Palermo y Messina. Se caracteriza no solo por sus estrechas callejuelas y por sus murallas sino también por sus espectaculares playas adornadas con los característicos botes de los pescadores. Además, cuenta con mucho ambiente y representa a la perfección al típico pueblo del sur de Italia.
Otras de las posibilidades que ofrece la isla es Marsala, que se caracteriza tanto por el vino y los licores de la zona como por sus salinas. Además, aquí se encuentra la Reserva Natural de Stagnone en donde está la isla de Mozia, en donde todavía se conservan las ruinas de una antigua ciudad fenicia.
Para quienes busquen además de paisajes increíbles algo de historia, lo mejor es incluir en el itinerario ciudades como Siracusa, Taormina y Agrigento.
En Siracusa por ejemplo se pueden encontrar ruinas de la Magna Grecia, del Imperio Romano y bizantino y de otras civilizaciones que pasaron por la zona. Son visitas obligadas el Parque de Neapoli, la isla de la Ortigia, la Plaza del Duomo y un paseo por el centro de la ciudad.
Por su parte, Taormina, ubicada a pocos kilómetros del volcán Etna, ofrece la posibilidad de refrescarse en algunas de sus playas, conocer el Teatro Griego, pasear por el Corso Umberto con sus escaparates de revista y disfrutar de las panorámicas que ofrecen algunas de las pequeñas plazas que se abren entre sus estrechas callejuelas.
En cambio, Agrigento es el sitio perfecto para volver a la antigua Grecia gracias al espectacular Valle de los Templos declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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