El fin de semana decidimos festejar a mi madre, que había cumplido años recientemente, de una manera diferente y como no todos los días se cumplen 58 años, la llevamos a que por primera vez practicara esnórquel en un lugar maravilloso: el Gran Cenote.
El Gran Cenote, ubicado a unos 3 km de Tulum, es un lugar precioso con cavernas y agua cristalina (heladísima), ideal para nadar bajo las estalactitas y bucear para ver las estalagmitas. El cenote es medio abierto, no todo cerrado como otros y es accesible para todos, hasta para los que no son buenos nadadores como yo.
La experiencia fue muy divertida, ya que era la primera vez de mi mamá en un cenote y la primera vez que hacía esnórquel (aunque había nadado en el río de Xcaret). A principio lo que más le costó fue saltar al agua helada, después acostumbrarse al equipo para esnórquel y lo que la asustó un poco es que había que nadar en una cueva llena de murciélagos -algunos volaban, otros dormían-. En un principio dudé que lo haría, pero al final se animó y le encantó.
Yo disfruté muchísimo el vivir esta experiencia con ella y sobre todo ver que ¡nunca es tarde para tener una aventurilla en la vida!
Aquí les comparto las fotos.