Cuando llegas a este cayo de Belice, inmediatamente ves letreros que dicen “Go Slow” y no hay mejor eslogan para esta pequeña isla donde no hay autos, ni calles pavimentadas y la gente vive al día.
Acostumbrada a estar todo el tiempo pegada al teléfono para compartir en las redes sociales todo sobre mis viajes, no dudé en hacer lo mismo ahí, solo que esta vez los locales se acercaban a preguntarme porqué estaba poniendo atención al celular y no disfrutando del momento, “te estás perdiendo la vista hermosa, el mar”, me decía un hombre súper simpático, “mejor habla con la gente” y así terminó contándome toda su vida.
Caye Caulker en verdad es un lugar súper relajado, muy pequeño, lleno de casitas de madera pintadas de colores, restaurantes, bares, hoteles pequeños y nada lujosos, no esperes ver los resorts, porque en este lugar de verdad parece que se detuvo el tiempo. La gente se transporta a pie, en bicicleta o en carritos de golf y si lo deseas puedes andar todo el tiempo en traje de baño.
Aunque no tiene playa, así con arena bonita y camastros, para tomar el sol y estar bebiendo cocteles, sí tiene un mar muy bonito, ya que está cerca del segundo arrecife más grande del mundo y se pueden hacer muchas actividades y excursiones. Por ejemplo puedes pasear en canoa, en kayak, bucear y practicar snorkel. Muchas agencias ofrecen actividades como alimentar manatíes o llevarte al famoso “Blue Hole”.
Al terminar el día, no hay otra cosa que hacer mas que relajarte en algún bar para ver el atardecer y después ir a cenar algún pescado delicioso o langosta (si es temporada). Te recomiendo el restaurante Bambooze.
Como es un país barato, podrás beber y comer bien sin tener que pagar mucho dinero.