Todos tenemos un ‘bucket list’, esa lista de deseos por cumplir alguna vez en la vida, sobre todo si se trata de viajes. Desde hace varios años yo tenía mi propia ‘bucket list’ para Irlanda, basada tal vez en lo que me contaban otros viajeros y para que negarlo, en lo que veía en las películas. Por fin cumplí parte de esa lista, ya que me faltó tiempo para descubrir los rincones maravillosos que tiene ese país.
1. Conocer la fábrica de Guinness
Como ya he mencionado en otras ocasiones, me encanta la cerveza y esta vez hasta suerte tuve, porque la principal razón de mi viaje a Irlanda era para asistir a la convención de blogueros de viajes TBEX, que se celebró en Dublín y reunió a cientos de blogueros de varias partes del mundo. La cervecería Guinness organizó el evento de bienvenida, donde no solo pudimos ver las instalaciones ultra modernas, también nos hicieron una cata de cerveza, degustación de quesos y comida típica. Todo esto amenizado con música.
2. Tomar una cerveza en el Temple Bar
Obviamente otro de los puntos que moría por conocer era el Temple Bar en Dublín, aunque estaba demasiado lleno, ya que es muy famoso y me imaginó que está en la lista de todos los viajeros, pude tomarme una rica cerveza y disfrutar de música irlandesa en vivo.
3. Dormir en un típico B&B
Yo sé, este punto es un poco tonto, sobre todo porque en la mayoría de mis viajes me gusta quedarme en Bed&Breakfast para tener un servicio más personalizado y esto lo puedes hacer en cualquier país. Pero como es lo típico que te ponen en las películas, la pareja que llega a un pueblito y se hospeda en el B&B de una familia súper tradicional, quería hacer lo mismo, tuve la suerte de encontrar uno muy lindo en Galway y conocer a la dueña, que era encantadora. Leer más sobre el B&B aquí.
4. Quitar ovejas de mi camino
Aunque ese objetivo no lo pude cumplir al 100%, si pude disfrutar los paisajes naturales llenos de las típicas ovejas irlandesas blancas con la cara y las patas negras. No sé si eso de quitar ovejas sale sólo en las fotografías de las guías turísticas y en las películas, si a alguno le ha tocado me encantaría que me contara su experiencia.
5.Tomarme la típica foto en los Acantilados de Moher
Siempre me había imaginado a Irlanda de dos colores: verde y gris, afortunadamente así fue como lo percibí. Aunque se puede decir que nos tocó buen tiempo, tuvimos que alterar un poco nuestro itinerario para poder ver los famosos acantilados, ya que el primer día tuvimos un clima horrible, pero el segundo día pudimos deslumbrarnos con este lugar y tomarme la anhelada foto para presumirla en Facebook ;-P.
6. Escuchar música tradicional
Algo que me fascinó es que es un país muy arraigado a sus costumbres, creí que sólo escucharía la música celta -no sé si sea correcto llamarla así- en los lugares súper turísticos, pero para mi sorpresa en cada bar, en cada pueblo se podía apreciar y se veía que la gente la disfrutaba realmente.
7. Encontrar mi trébol de 4 hojas
Bueno eso era un imposible, aunque no dejó de emocionarme el ver tréboles en los campos y por supuesto buscar el que me trajera suerte.
8. Visitar algún monasterio
Nos faltó tiempo para recorrer el país, pero aún así pude ver los impresionantes sitios arqueológicos que tienen, en nuestro caso visitamos las ruinas del Monasterio de Clonmacnoise, del siglo VI, donde aún quedan los restos de la catedral, una torre y varias cruces.
9. Pasear por los pueblos de pescadores
Los pueblitos eran encantadores, súper coloridos, era una maravilla ver los paisajes verdes con el agua cristalina y en ocasiones hasta con agua color turquesa. Me encantó uno que se llama Dingle, donde para nuestra suerte nos tocó un festival de comida. Probamos salmón, atún y cangrejo, ¡todo estaba delicioso!
10.Ver un sitio de película
Y así llegamos hasta Cong, un pueblito pequeñito pero muy bonito, bastante turístico, donde todo gira alrededor de la película estadounidense de 1952 que lo hizo famoso, The Quiet Man (la cual tendré que ver).
Podría añadir más puntos en esta lista, ya que quedé maravillada con ese país y con su gente, pero me quedo con una imagen imborrable y con la satisfacción que aprendí algo en gaélico: Táim i ngrá Eire (¡Enamorada de Irlanda!).
Pueblos divinos de Irlanda : La trotamundos
diciembre 21, 2015 at 7:16 pm[…] Irlanda la experiencia en carretera fue diferente porque, aunque me fascinó Dublín, en sus caminos y […]